Mi amor:
Hay algo en usted que nunca he conquistado; es algo que no me
pertenece, me conturba y estremece; algo en ese amor suyo que aún
no he encontrado: atormentado e indefinible. Yo tengo ansiedad en las
noches y no amanece, como un suplicio voraz que come y crece entre
está mi carne viva allí escondida.
Mi llanto y mi voz son mis espantos. Grito, en el abismo, sin eco y
sin resuello. Amor, Simón, mi daga interna, ¿por qué, si hasta su nombre
me levanto, hay algo en usted que nunca se me entrega?
Dígamelo usted,
Hay algo en usted que nunca he conquistado; es algo que no me
pertenece, me conturba y estremece; algo en ese amor suyo que aún
no he encontrado: atormentado e indefinible. Yo tengo ansiedad en las
noches y no amanece, como un suplicio voraz que come y crece entre
está mi carne viva allí escondida.
Mi llanto y mi voz son mis espantos. Grito, en el abismo, sin eco y
sin resuello. Amor, Simón, mi daga interna, ¿por qué, si hasta su nombre
me levanto, hay algo en usted que nunca se me entrega?
Dígamelo usted,
SIMON Y MANUELA
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