lunes, 4 de junio de 2012

Las máscaras en la vida


 DE RAUL ZABALA
En abril del 2008, subí un post sobre el uso de las máscaras en la vida. Lo hice como un dato novedoso a pesar que fue publicado en 1925 y lo relacioné exclusivamente para temas de planificación. Cuatro años después, a ese mismo post le di otro valor mucho más humano, afín con mis  aspiraciones, mis realidades sociales y laborales, gracias a una conversación en el ciberespacio.


El comentario en mención tiene que ver con la razón para no usar la palabra ‘Etc.’, citada en la revista SPONDYLUS que a su vez la transcribió de "El Cronista" del miércoles 5 de diciembre de 1925, bajo el título “El hombre que para todo decía Etc.” 
El contenido en mención dice textualmente:
La sinceridad no es más que una máscara inventada por los hipócritas, pero tan admirable y tan inteligentemente bien hecha que se las ponen los hipócritas y les queda bien.
La verdad no es otra cosa que la máscara de la mentira, pero hecha de tanta gracia, tanto talento y tanto arte, que se la ponen los mentirosos y les queda bien.
La valentía no es más que una máscara de la cobardía, pero hecha con tal desplante y con tal inteligencia que se las ponen los cobardes y les queda bien.
Todo es cuestión de máscaras en la vida y todas nos quedan bien, menos una, la del saber. Es muy difícil llevar la máscara del saber.
No se ha inventado todavía una máscara para la estupidez. A lo más que se ha llegado es a ponerle a la estupidez un antifaz.

Pienso ahora en mi realidad laboral. ¿Qué máscara uso cuando llego a mi trabajo con un dolor emocional? ¿Qué máscara tengo a la mano para mi vida social cuando un problema laboral me oprime el pensamiento?
Tal vez no es tan complicado responderme, lo duro es el momento cuando llego a la conclusión que en mi relación familiar y sentimental, también debo usar alguna máscara.
Extraña coincidencia, a inicios de mayo mantengo una conversación en Twitter, justamente sobre actitudes ante la vida… twitts van y vienen, pienso en mi cada vez que interactúo, entonces junto los monólogos sociales de @SaydaEleana y @gabita, recibo grandes lecciones de vida.

Con el permiso de las mencionadas damas me permito incluir sus reflexiones de manera individual y aleatoria:
El uso de máscaras es más común de lo que parece
La máscara es para ocultar algo que no deseamos que los demás noten. Paciencia es una virtud
Entiendo lo de las máscaras para no sentirse vulnerable, pero las de cambio de personalidad para conquistar?
Yo la uso en la oficina o cuando no quiero afectar a mi familia con problemas laborales. Cuando trato no mezclar!
Cada uno le pone el nombre apropiado a la máscara... Pero al final, muchos la usamos. Así es la vida a veces!
Y ante quien nos la ponemos
Si necesitas usar una máscara ante alguien que tu quieres, ese alguien no te merece
No confundamos máscaras con roles
Sería tonto usar mascaras en familia... Salvo que no exista comunicación, que sería algo terrible!
Exacto, una familia con máscaras es patética
No todos se merecen una máscara! Hay quienes te quieren por quien eres en tus buenos y malos ratos!
Entonces me pregunto ¿cuándo debo usar máscara? ¿Necesito una especial en alguna ocasión común? Respondo: Sí. Y al igual que decido qué ropa usar, busco una máscara que esté acorde con el día y guardo algunas de recambio por si acaso el ambiente tenga mutaciones en el devenir de las horas. No se el futuro.
Inesperadamente siento un denso humo invisible, busco entre mis bolsillos mentales la máscara apropiada y sigo. Por alguna otra razón escucho una conversación que me involucra y regreso la mirada para buscar la siguiente máscara. El día termina y al conducir de regreso a casa me miro en el retrovisor y me doy cuenta que a solas no uso máscaras.
Inesperadamente siento una caricia, busco entre mis bolsillos mentales la máscara apropiada y no existe. Por alguna otra razón escucho mi nombre y regreso la mirada sin máscara. El día termina sin que haya usado una máscara, hasta que descubro que a mi alrededor otros sí la tienen puesta e inevitablemente me veo en la obligación de volver a usarla, tal vez un modelo nuevo.
Es la vida, usamos máscara y mostramos el rostro limpio. Solo es cuestión de reconocer el momento oportuno para lo uno y lo otro. De conocer a la persona apropiada para lo uno y lo otro.