miércoles, 21 de enero de 2015

Obsesión

                                                                                                                                                                                 
    "La llaman obsesión, con O mayúscula, con o minúscula, a veces la nombran, otras la susurran y hay quienes ni siquiera se atreven a decirla.
Ella no la esconde… está amalgamada a sus instintos, crece junto a la imaginación, dramática, se revela hasta el final.
Es su demonio agazapado, demonio de placeres insatisfechos y perversos. Nunca la nombra, solo la bautiza según lo que su cuerpo le exige. A veces desesperadas inocencias entre goces vulgares de groseros apetitos, o lujurias abnegadas escapando a borbotones sin control.
Está encadenada a su necesidad primaria, a sus ojeras derrumbadas de deseos, sumergida en tentaciones que se embellecen en el contraste con la sublevación de su alma."

Se identifica ud con esta mujer de amores a la antigua?

Se identifica ud con esta mujer de amores a la antigua?

 "Ella era esa mujer de amores a la antigua, amores gozados desde la pertenencia forjada a través de los detalles plenos. Aún podía sentirlo aunque no estuviera, y hasta cuando inventaba palabras para poder definirlo, entonces, se sosegaba y dejaba que él golpeara de nuevo en su memoria.
Desde la miraba maliciosa, su piel se regocijaba conjugando placeres anticipados, impúdicos en la humedad que lamía los cuerpos en los matices que lo empañaban. Sábanas robando los contornos, mentes sin pudores, libres hacia la caída de su desnudez, el orgasmo paladeando el ser profundo de aquella insaciéz.
Se quedaba en la oscuridad, permitiendo que sus manos la encontraran, gimiendo y aunando la ternura que le daba en la muerte renacida.
Intuía que en su libertad, se convertía en caminos buscando sus espacios, ella solo se acompasaba a sus andares lejanos, mansa brisa en la caricia...
A ese hombre solitario en disimuladas fortalezas...ella lo adivinaba en su escondido miedo, en su dolor... solo ella...
Buscaba su hombría, provocando la agonía irreverente en la erupción de su ser animal...
Cuando las márgenes de sus cuerpos se alineaban, era su alma profunda desde el amor acallando la premura.
La magnificencia llegaba sin que nada turbara ese sosiego, solo un sutil regodeo en el movimiento de sus piernas provocaba el resurgir del olor emanado de su sexo, olor inexpresado, elevándose sinuoso recreando abastecidas ansias.
Ella era éxtasis y desmesura de mujer poseída... Él saciedad de hombre agasajado.. .Susana....